La diversidad biológica comprende esa maravillosa variabilidad de especies vivas (flora y fauna) estrechamente vinculadas con los diversos ecosistemas. Cada 22 de mayo, se celebra el Día Internacional de la Diversidad Biológica. Sin embargo, este 2020 tiene un especial sentimiento, ya que nos permite reflexionar sobre el importante papel de la biodiversidad y sobre el efecto nocivo que la humanidad ha ejercido sobre ella.
La Organización de Naciones Unidas (ONU) señala que la biodiversidad es el pilar para que el ser humano pueda vivir en la Tierra. Más del 80% de la dieta humana está compuesta por las plantas. Aproximadamente, el 80% de las personas que viven en las zonas rurales de los países en desarrollo, dependen de medicamentos tradicionales basados en plantas para la atención básica de la salud. Pero la pérdida de esta diversidad amenaza todos estos ámbitos, incluida nuestra salud (ONU, 2020).
2020 es un año de reflexión, oportunidad y soluciones. Se espera que cada uno de nosotros «Construyamos mejor» al usar este tiempo para aumentar la resiliencia de las naciones y las comunidades a medida que nos recuperamos de esta pandemia. 2020 es el año en que, más que nunca, debemos expresar nuestra voluntad para «aplanar y reducir la curva» de la pérdida de biodiversidad en beneficio de los humanos y toda la vida en la Tierra.
En el marco de este día, Musuq Briceño, comunicadora del Programa Bosques Andinos, conversó con Gabriel Quijandría, Viceministro de Desarrollo Estratégico de los Recursos Naturales del Ministerio del Ambiente, aquí la entrevista
Además, el 60% de las enfermedades infecciosas humanas tiene origen animal, un porcentaje que llega hasta el 75% en el caso de las enfermedades llamadas “emergentes” como el ébola, el VIH, las gripes aviarias, el SRAS, el zika, y la actual pandemia por el Coronavirus (PNUMA, 2020).
En un informe de PNUMA sobre la Covid-19 y el medio ambiente, apuntan que el planeta debe estar sano; es fundamental para nuestra capacidad de recuperación de la pandemia de la Covid-19 y para prevenir futuras enfermedades zoonóticas. El deterioro de los ecosistemas y su diversidad biológica —desde la pérdida y la modificación de los hábitats, el desarrollo agrícola y el cambio climático, hasta la contaminación o la sobreexplotación de las especies— aumenta el riesgo de pandemias causadas por zoonosis. (EL PAÍS, 2020).
En este sentido, desde el Programa Bosques Andinos este día cobra una mayor importancia ya que en los bosques de montañas habita mucha de la diversidad biológica del mundo. Protegerlos, restaurarlos, valorarlos y conservarlos implica no solo una mejora en los ecosistemas andinos; sino también repercute en el desarrollo sostenible y sano de la humanidad.
Además, tomado en cuenta que muchos de nuestros países son considerados megadiversos, es importante la articulación de acciones que permitan un crecimiento regional y un aprovechamiento sostenible de los bienes y servicios que estos ecosistemas nos ofrecen.
En Perú, por ejemplo, se pueden encontrar más de 20375 especies de flora, 523 mamíferos, 1847 aves, 446 reptiles y 1070 peces marinos; así como, poseen 84 de las 117 zonas de vida del planeta (ONERN, 1976) y más de 73 millones de hectáreas de bosques. Gracias al legado cultural, han domesticado 5 especies de fauna silvestre y 182 especies de plantas (Brack, 2003), muchas de estas zonas de vida resultan ser de importancia para la alimentación mundial.
Alberto Gonzales, Director Ejecutivo del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (SERFOR), nos pone en contexto en la siguiente entrevista.
La Estrategia Nacional de la Diversidad Biológica al 2021 comprende seis objetivos nacionales y trece metas, que en conjunto buscan detener la pérdida y deterioro de los componentes de la diversidad biológica, mejorar su gestión e incrementar las oportunidades de uso sostenible y, la distribución justa y equitativa de sus beneficios
Ecuador por su parte tiene características geológicas y topográficas, climáticas, de precipitaciones y temperatura, factores biológicos, escenario perfecto para la concentración de la vida, bajo una increíble diversidad biológica, catalogada también como megadiversidad. Posee 91 tipos de ecosistemas terrestres; una amplia variedad de pisos climáticos en la Cordillera de los Andes; y extensas zonas de bosques andinos.
Y finalmente, Colombia es el segundo país más megadiverso del mundo después de Brasil. Además, posee la mitad de los páramos existente en el planeta, lo que lo convierte en uno de los países con más áreas húmedas en el mundo, al poseer 44.25 % de los páramos de Suramérica. Su diversidad en el país es causa de los diferentes ecosistemas que se pueden encontrar a lo largo de su territorio. En el Chocó existe el mayor porcentaje de endemismo del mundo para un área continental, incluso para las aves; pero muchas especies endémicas están en peligro de extinción. Se estima que en el Chocó colombiano se encuentran de 8 a 9 mil especies de plantas, de las cuales una cuarta parte son endémicas. En cuanto a la fauna, de las 56 especies de anfibios, 47 son endémicas. En los ecosistemas de alturas es también relativamente mayor la diversidad biológica en las cumbres de la cordillera oriental, que en el resto de las montañas tropicales del mundo (CONAPGT).
Estos son los principales países en los que el PBA se encuentra trabajando y articulando acciones para la conservación y valoración de esta biodiversidad en los bosques andinos. Un trabajo entre los 3 países andinos, con el compromiso también de Chile y la incorporación de Bolivia.
«A medida que invadimos la naturaleza y saqueamos hábitats vitales, el número de especies en peligro es cada vez mayor. Eso afecta también a la humanidad, y al futuro que queremos».
António Guterres, secretario general de las Naciones Unidas (Mensaje)