Expertos alertan sobre consecuencias futuras en el uso del agua en agricultura, hidroenergía y doméstico
DIARIO CORREO. 30 de junio de 2019
Elaborado por Jocelyn Levizaca
El uso del agua en los sectores agricultura, hidroenergía y doméstico podría agudizarse en las próximas décadas, debido a la acelerada desglaciación que se viene registrando en las cordilleras tropicales del país.
Un reciente estudio elaborado por el Proyecto Glaciares, de la cooperación Suiza, reveló que para el año 2050 la desglaciación de la Cordillera Blanca, en Áncash, generará pérdidas económicas de entre 300 y 700 millones de dólares anuales.
ESTIMACIONES.
Según la investigación, a mediados de este siglo el rango de pérdidas económicas en el sector agricultura oscilaría aproximadamente entre 361 y 386 millones de dólares anuales. En el sector hidroenergía será de 88 y 176 millones de dólares; mientras que en el doméstico, las pérdidas estarían entre los 99 y 121 millones de dólares.
Para realizar las estimaciones de pérdidas económicas, el grupo de investigación analizó la demanda poblacional y oferta hídrica de la cuenca del río Santa, una de las principales de la costa norte peruana y cuyas aguas provienen, principalmente, de la Cordillera Blanca.
CAUSAS.
El glaciólogo e integrante de la mencionada investigación, Christian Huggel, señaló que la causa principal de la acelerada desglaciación de las cordilleras es el aumento de la temperatura global.
Sin embargo, existen efectos adicionales, como el polvo que genera la actividad minera —que cuando se deposita en el glaciar hace que más rayos solares lo absorban y aceleren la desglaciación— y los fenómenos El Niño (efectos temporales) que pueden hacer daño al glaciar.
“Este aumento de la temperatura que hoy en día vivimos es sobre todo causado por el humano, por las emisiones de CO2 de los vehículos, las industrias, las centrales térmicas y otros”, señaló el especialista.
Christian Huggel indica que en los últimos 50 años, el Perú ha perdido entre 40% y 50% de masa glaciar, producto de ello se visualizan ya algunos de sus efectos. Por ejemplo, —menciona—, el crecimiento de la laguna Palcacocha (Áncash), que ahora concentra 17 millones de metros cúbicos; la formación de nuevas lagunas en la Cordillera Blanca y el cambio del ciclo de agua.
CUSCO.
En regiones como Cusco, los efectos de la desglaciación ya se visualizan en el sector hidroenergético, dice la investigadora nacional del Programa Cooperación Suiza, Jocelyn Ostolaza.
La experta menciona que en esta zona del país ya se identifica la reducción del 30% del servicio de energía en las ciudades importantes, especialmente en épocas secas.
“En este momento actúan otro tipo de fuentes en términos de calor, pero a futuro eso va a tener que repensarse”, señala la especialista.
Sin embargo, también hay afectaciones en el ámbito cultural. El antropólogo Ben Orlove señala que años atrás, los participantes del Qoyllur Rit’i, festividad religiosa que se celebra en la provincia cusqueña de Ocongate, escalaban los glaciares del nevado para recoger bloques de hielo como símbolo de vida nueva. Desde hace unos años, las comunidades devotas decidieron no practicar esta costumbre, debido al deshielo que sufren los glaciares.
Ahora, las hermandades que participan en el evento religioso buscan concientizar a los peregrinos para que no dejen residuos sólidos que aceleren el retroceso del glaciar y que ponen en riesgo sus tradiciones.
“Ellos (las comunidades) van a adaptar su religión, su espiritualidad. Si bien los cerros ya no les darán hielo, no creo que ellos van a abandonar a sus apus ni la pachamama”, precisa el investigador.
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