Como parte del programa “Perú y Colombia: Reforma y modernización de la administración de impuestos y aduanas”, impulsado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Cooperación Suiza – SECO, Patricio Castro, Economista Senior de de Asuntos Fiscales del Fondo Monetario Internacional (FMI), llegó al Perú con el equipo de expertos en temas tributarios y aduaneros del FMI para hacer un análisis de la situación y brindar asistencia técnica a la Superintendencia Nacional de Administración Tributaria – SUNAT.
En esta entrevista, Patricio Castro, junto a dos miembros de su equipo, Decio Pialarissi, asesor en recaudación fiscal del FMI y Antonio de la Ossa, Director del Departamento de Aduanas e Impuestos Especiales de España y consultor del FMI, dan su visión sobre la situación recaudadora y aduanera del Perú y los pasos que debería seguir.
¿Cómo evalúan la situación de la recaudación en el Perú?
Patricio Castro: El tema recaudatorio ha tenido una evolución muy favorable en todo este periodo. Incluso, pese la crisis, la recaudación no ha sufrido tanto como otros países de la región. Así que, desde ese punto de vista, la recaudación ha seguido una tendencia favorable, a pesar de la crisis del 2009, se recuperó rápidamente. Después ha venido creciendo más que el crecimiento de la economía, que a su vez fue significativo. Entonces, en cuanto al rebote que tuvo la recaudación, la vemos bien.
¿Entonces, cuáles considera que son los retos para el Perú en este sentido?
PC: Ese es el punto y ese es el objetivo de esta misión en particular. El gran desafío es mejorar el cumplimiento. Y el concepto de cumplimiento es cerrar la brecha entre lo que se debería de pagar en impuestos y lo que verdaderamente se paga. Esa brecha es lo que se conoce técnicamente como el incumplimiento. El incumplimiento no es lo mismo que la evasión, porque la evasión es un componente del incumplimiento pero no es el único. Hay también elusión, incumplimiento técnico, y mora por falta de recursos financieros. Entonces, el desafío es mejorar el cumplimiento. Hacer que el cumplimiento voluntario sea la norma es el objetivo de toda administración tributaria.
¿En qué situación se encuentra el Perú en cuanto a incumplimiento?
PC: Está en un rango medio en la región. Para el desarrollo que ha tenido la economía peruana en el último quinquenio, que ha sido uno de los mejores de la región, ciertamente el cumplimiento no ha acompañado su desarrollo. Para compararlo en términos regionales, no solo Chile, que históricamente es uno de los países que tiene las mejores cifras de cumplimiento tributario en América del Sur, sino también países como Argentina, Brasil o Uruguay tienen cumplimientos notablemente mejores que el Perú. El Perú está en un rango medio equivalente al de Colombia. Para tener una idea, si en Chile estamos hablando de un incumplimiento de 13% o 14%; en Argentina, Uruguay, Brasil de 20%, Perú está por 36%. Colombia había bajado hasta un 28%, pero la crisis del 2008 la golpeó más que a Perú y llegó hasta el 40%. En el caso de Perú la crisis no ha hecho tanto daño, pero el cumplimiento tampoco mejoró. Es un tema de estrategia a largo plazo y de tener una estrategia clara para atacar ese incumplimiento porque hay distintas causas y riesgos, y para cada una de ellas hay que buscar una solución.
¿A qué atribuye que el Perú tenga ese grado de incumplimiento?
PC: Es un poco de todo. En primer lugar, la penetración de la economía informal tiene mucho que ver con el incumplimiento. En América del Sur, Perú sería el segundo país en términos de porcentaje y penetración de la economía informal. Incluso por la estructura socioeconómica poblacional que tiene el Perú, que es diferente que la que tiene Chile, Argentina, Uruguay.
¿Por temas geográficos, culturales?
PC: Por temas geográficos y por la composición de la población. Argentina y Uruguay son países producto esencialmente de la migración europea y no hay un porcentaje de la población originario que tenga tradiciones, con su propia forma de ver el mundo. En ese punto, el Perú está más cerca de Bolivia y Ecuador, es un perfil diferente de cultura de la población. Entender la importancia del impuesto tiene que ver con la educación tributaria, o mejor dicho, conciencia fiscal, es decir, para qué va el impuesto, cómo se gasta y cuál es el servicio que recibe el ciudadano de su Estado. Y un componente también histórico, y no solo en el Perú sino en todo Latinoamérica, es que el gasto ineficiente, la corrupción o el desvío de recursos del Estado hace que la gente se pregunte ¿para qué pagar impuestos? Me parece que aquí se está trabajando muy bien la conciencia tributaria con los chicos del colegio (refiriéndose a las campañas de concursos de comprobantes de pago en los colegios organizadas por SUNAT), por ejemplo.
¿Por qué considera importante reforzar al ente fiscalizador para conseguir un crecimiento más sólido?
PC: SUNAT contribuye con el 27% de los recursos del estado peruano, es la entidad más importante a la hora de conseguir esos recursos. Después el Estado los vuelca a servicios sociales, salud, educación, y claro que hay que reforzarlo, así como también es necesario reforzar las áreas vinculadas al gasto, por razones equivalentes. Tiene que ver con un marco fiscal más moderno y más avanzado. El punto clave es que si el Estado funciona mal, el Estado carece de los recursos que necesita. Como la agenda de este gobierno está claramente marcada, el gobierno quiere aumentar la inclusión y mejorar las prestaciones sociales, para eso hace falta recursos, y para esos recursos SUNAT tiene que funcionar mejor, y una clave es que, si el incumplimiento está en 36%, sería un buen objetivo que al medio plazo –entre 6 a 10 años- ponerse en 20%.
¿Cuáles son las tendencias mundiales en temas recaudatorios que Perú podría aplicar?
PC: Para mejorar la modernización, un cambio institucional en las administraciones tributarias es una de las cosas que más resultados ha dado. Todos los países que han mejorado, han logrado aumentar la presión fiscal y han logrado mejorar el cumplimiento. Esto es lo que ha hecho Chile y Argentina. Ahora, hay que mirarlo desde otra perspectiva. La presión fiscal promedio en América del Sur es de 18%. Colombia y Perú tienen una presión fiscal que está entre el 14% y 15%. Es decir, por debajo del promedio. Dejemos de lado a Venezuela, que es un país petrolero, por lo que no es comparable directamente con un país que recibe muchas regalías. Y Bolivia, también, se puede decir que tiene muchas regalías por recursos naturales, sin embargo su presión fiscal es más alta que la del Perú. El 18% que se ha puesto como objetivo este gobierno en su quinquenio, para poner al Pe
rú en pie de igualdad con el promedio de América Latina, nos pone más cerca de los países de América central, cuando el grado de desarrollo relativo y el desarrollo y capacidad institucional en el Perú son mucho más altos. Además el tema cultural tiene mucho que ver con el tema aduanero. El caso de Desaguadero, por ejemplo, no hay aduana posible porque la frontera es artificial, porque el pueblo es el mismo a un lado y al otro, y cruzarlo y decir que cambian de país no tiene relación con la percepción de su realidad. Y segundo, que el hecho que el gobierno de La Paz o de Lima les quiera cobrar impuestos sobre su comercio, que es algo ancestral, es un hurto para ellos. Ahí la importancia del tema cultural.
De lo contrario, seguiría siendo una presión fiscal baja…
Decio Pialarissi: ¿Qué país conoces que sea desarrollado y tenga una presión fiscal baja? Ese es el secreto de un país adelantado, junto a una correcta aplicación de los gastos. No se puede comprar el Perú con América Central, teniendo los mejores niveles de crecimiento de Sudamérica. Entonces, no es que el Perú tenga que estar en 18%, hay que tener una presión fiscal grande a mediano plazo para poder solucionar los problemas de salud, educación, infraestructura, y seguridad. Sin presión fiscal, no hay como soñar con un país desarrollado. Una presión baja significa que están condenadas al subdesarrollo. Si se empieza a entender por qué el impuesto es importante para el país, es muy posible que se pueda cambiar.
¿Qué hacer para mejorar el cumplimiento y la presión del incumplimiento fiscal?
DP: Primero, facilitar que los contribuyentes cumplan con sus obligaciones; segundo, fiscalizar a los defraudadores; y en el tercer lugar, pero no menos importante, la conciencia tributaria. Los ejes de actuación de la administración tributaria del Perú están absolutamente correctos. Porque la conciencia fiscal no solo es de los pueblos alejados, sino principalmente de los grandes contribuyentes que posiblemente no perciben que una presión fiscal alta es fundamental para un país desarrollado. Y eso va a tener un efecto en el futuro, así por ejemplo, la economía del Perú está creciendo, y eso hace que los empresarios necesiten mañana empleados competentes. Ello sólo será posible si esos empleados tienen hoy una educación básica sobresaliente. La educación sólo será posible si existen recursos suficientes y si son correctamente aplicados. Y volvemos a la idea de conciencia fiscal que, en síntesis, es que las personas paguen sus impuestos con transparencia.
¿Y en el caso de Aduanas, cómo está el Perú?
Antonio de la Ossa : Como todas las organizaciones, tenemos retos encima de la mesa. Lo que no quiere decir que no haya tenido importantes logros. A diferencia de lo que se ha escuchado hasta ahora en materia de recaudación, me atrevería a decir que en el ámbito operativo aduanero, y salvo algunos temas específicos que no son importantes, estamos ante una aduana de referencia en el ámbito de Sudamérica. Tenemos una aduana con un magnifico sistema de gestión de riesgos, con un buen sistema de gestión de información y con plazos de respuesta con lo que hace referencia a la operativa aduanera francamente buenas.
¿Qué mejoras recomendaría para la administración aduanera?
AX: Que sea bueno no significa que no tenga retos. Los principales son que incorporen los requerimientos de seguridad en el tráfico internacional de mercadería, algo que pertenece a todas las aduanas y, por lo tanto, también a la aduana peruana. Aquí tenemos el reto de la incorporación del programa de operador económico autorizado y del reconocimiento mutuo con diferentes bloques, como EEUU. Un segundo reto está en los temas relativos a los puntos de entrada, los almacenes, la diferenciación entre almacén de entrada y el tema del almacén interior, el cual es un tema difícil de resolver pero que necesita una solución definitiva para dar más transparencia a todo la operativa aduanero. Un tercer reto sería mejorar, pero no porque sea malo, el sistema de fiscalización a posteriori, para poder atajar los temas que son problemas de todas las aduanas del mundo, que es el tema de la subvaluación de la mercancía. Es decir, la acreditación de un valor inferior al real y por lo tanto una minoración en los pagos de los derechos de importación. En ese escenario, no sólo se encuentra la aduana peruana, sino todas las del mundo.
¿A qué se debe que la aduana peruana tenga tan buen nivel?
AX: Los temas son tan sencillos como el acierto de la gerencia. Encontrar las personas idóneas en un momento dado. Una estrategia de administración tributaria y aduanera puede suponer una caída de efectividad tremenda y una pérdida de tiempo considerable. Quizás ese sea el motivo por lo que la aduana peruana esta significativamente mejor, el que en el momento oportuno un equipo determinado tuvo acierto en la estrategia.