El espacio fue propicio para resaltar el avance y logros alcanzados en la implementación de la Estrategia Nacional de Cambio Climático y Recursos Vegetacionales en el ´país sureño, una acción pionera y referente para la región andina y otros países.
El 21 de octubre se desarrolló el cierre oficial del Programa Bosques Andinos en Chile, con la finalidad de conocer los procesos que se han llevado a cabo sobre los bosques andinos y el estado de los mismos en la región, para analizar conjuntamente, desde los actores, los avances y oportunidades que derivan de la mejor de su gestión.
De acuerdo al programa, Arno Wicki, embajador de Suiza en el Perú abrió el evento. «El cambio climático es uno de los pilares de trabajo de la Confederación Suiza. En este sentido, desde el 2013, Suiza y Chile acordaron impulsar la cooperación entre actores del sector forestal y en la mitigación a través del NAMA.», señaló Wicki.
A su turno, Anton Hilber, director de la Cooperación Internacional COSUDE en Perú y en la Región Andina, en la Embajada de Suiza en Lima; hizo un llamado especial para reconocer el rol y valor de los bosques para la vida en las montañas, y procurar su conservación como medida clave para hacer frente al cambio climático.
«Desde la Cooperación al Desarrollo COSUDE hemos trabajado sostenidamente en los Andes desde los 60’s para impulsar el uso sostenible sus recursos contribuyendo a reducir la pobreza. Y llevar a través de la experiencia soluciones que contribuyan con los principales desafíos para su conservación», resaltó Hilber.
Asimismo, comento «entre estos aportes podemos resaltar experiencias en propagación de especies forestales nativas, prácticas productivas que reducen la presión sobre los bosques, metodologías para la restauración, monitoreo integrado (biodiversidad, agua, carbono), la formación de capacidades en diversas áreas de la gestión forestal, contribución en el desarrollo políticas, entre otros.»
A continuación compartimos la síntesis del evento, desarrollado por la especialista Natalia Ruiz, de Helvetas.
En este evento hemos recordado que los países de montañas como Suiza, Chile, Perú y el resto de la región andina enfrentan desafíos similares, en especial el cambio climático, al cual Chile está particularmente expuesto. Los bosques y ecosistemas andinos son una oportunidad para la mitigación y la adaptación, por múltiples razones, una de las más importantes, por ser fuente de agua dulce mucho más allá de las montañas, siendo fundamentales para las dinámicas hídricas de la Amazonía, por ejemplo. Los estudios constantes también han determinado también el rol importante que tienen estos ecosistemas como sumideros de carbono.
Pero en la región andina el cambio climático, no es el único no es el único desafío para los bosques. La deforestación, el carácter fragmentado en el que se distribuyen, los vacíos y debilidades de política y de financiamiento, que aún tenemos en nuestra gestión que bien los ha expuesto Francisco. Por ello, el pleno conocimiento de sus dinámicas es fundamental para aprovechar estas oportunidades para tomar decisiones informadas e implementar medidas de manejo y conservación que permitan abordar estos desafíos cambiantes como el aumento de la presión para explotación, los incendios forestales, entre otros.
Como nos recordaron hoy nuestros panelistas, la colaboración es una estrategia que permite potenciar el abordaje de los desafíos compartidos y promover el intercambio de conocimientos que se van generando en los distintos territorios de las regiones de montaña. Suiza tiene por ejemplo una historia de larga data de colaboración con la región andina y con Chile, en la cual los bosques han sido un eje fundamental. El Programa Bosques Andinos, financiado por la Cooperación Suiza COSUDE, desde sus distintos ejes de trabajo buscó fomentar esa colaboración tan necesaria para crear conocimiento, ensayar prácticas y estrategias para el manejo y conservación e también impulsar condiciones habilitantes, una de las más importantes el compromiso político en países andinos como Colombia, Ecuador, Perú y Chile.
Chile uno de los países pioneros en cumplir sus compromisos climáticos y en ese marco es un país que ha entendido muy bien el gran potencial de los recursos forestales para abordar desafíos tanto climáticos como estructurales, como la creación de empleo y dinamización de la economía. Pero los bosques son también vulnerables. Jorge nos ha explicado muy bien hoy como los factores humanos y climáticos han resultado en una creciente incidencia y severidad de los incendios en los últimos años, que afectan no solo a los ecosistemas naturales y los bosques plantados sino también a la infraestructura y la propia vida humana y cuya prevención y mitigación, es sumamente compleja, tan es así que involucra por ejemplo a las generaciones más jóvenes y a instituciones de distintas naturalezas incluyendo fiscalía, carabineros, entre otros.
En chile el bosque natural está distribuido de manera muy particular, nos contaba Constanza que buena parte se encuentra en propiedad privada tanto de pequeños como medianos y grandes, y son por lo tanto una base importante para el desarrollo humano, y es por ello que el país ha desarrollado una sólida institucionalidad y política público-privado tanto forestal como de cambio climático, y que todavía sigue en un proceso continuo de fortalecimiento.
La meta de la carbono neutralidad chilena se sustenta fuertemente en los bosques y ecosistemas que los acompañan. Hemos podido ver como en el marco de la Estrategia Nacional de Cambio Climático y Recursos Vegetacionales que está ligada a REDD+ y otros marcos climáticos, el país ha adoptado herramientas muy completas como sus sistemas de monitoreo forestal e información de salvaguardas y se han fijado metas ambiciosas de nuevas hectáreas de superficie forestal y la recuperación de bosques nativos, en las cuales enfoques de trabajo como la restauración a escala de paisaje tienen un rol. Al respecto, no podemos dejar de resaltar lo mencionado por Gabriela, Omar y Jorge sobre la importancia de la participación inclusiva en términos de género y culturales, y también que estos instrumentos políticos tienen también un rol y son una oportunidad para la recuperación post pandemia.
La colaboración del CONAF con organismos como ONU REDD+ y con Suiza, a través de la COSUDE para formular e implementar la Estrategia Nacional de Cambio Climático y Recursos Vegetacionales de Chile, ha permitido fortalecer el rol de la política pública en materia de cambio climático, acceder a financiamientos como el pago por resultados de REDD+. Además, llevar las políticas a la realidad.
Omar Levet y Gabriela Soto nos mostraban ejemplos de como la implementación de un proyectos en un territorio específico pueden reflejar y enmarcarse en las metas y enfoques nacionales y en ese marco “aterrizar” en las necesidades y prioridades de las comunidades locales, con un trabajo de toma de decisiones participativa e informada, que no es rápido ni fácil pero sí factible cuando se cuenta con los tiempos, recursos y la voluntad debida, con el involucramiento de actores locales, cada quien desde su rol, especialidad e identidad y como el uso de la tecnología que facilite el cumplimiento de objetivos, como decía Omar “en tiempo record” y con un sistema transparente y equitativo de distribución de beneficios.
Estas experiencias, que brindan resultados por sí mismos, son fundamentales no solo por esos resultados en términos de sobrevivencia de plantas, de aumento de superficie, de captura de carbono, de generación de beneficios; sino que también son fundamentales en términos de generación de conocimiento , de recopilación de experiencias y de lecciones aprendidas, que pueden ser la base para lo que estamos haciendo hoy, que es compartir, mostrar y aprender unos de otros y que se puede también institucionalizar en redes de trabajo como la RBA y que pueden ser la base para seguir fortaleciendo los instrumentos de política. Para ello, la participación y colaboración se ve reforzada en esquemas de gobernanza multiactor y multinivel.
Finalmente, y para cerrar esta síntesis señalar que, como se ha mencionado en repetidas ocasiones en la sesión de hoy, salta a la vista que los bosques no solo son importantes en términos climáticos y políticos, sino que hay un factor humano íntimamente ligado y por ello al hablar de colaboración no se trata solo de colaboración entre países, sino tn entre actores clave. Hemos visto hoy, en el caso de chile el involucramiento de privados pequeños, medianos y grandes es claramente una prioridad, así como también lo es la complementariedad entre enfoques de trabajo que abordan de manera múltiple y complementaria los desafíos de las montañas , que se acentúan con el cambio climático y ante los cuales, los Andes están atravesando un camino de aprendizaje y colaboración continua.