Ministro del Ambiente destacó que la comunicación de temas complejos tiene que conectar el lado afectivo y racional de las personas.
¿Qué tienen en común unas ingenieras que han dedicado su vida a la crianza del agua en Ayacucho, un agricultor que ha logrado coleccionar más de 300 variedades de papa en Huánuco y una comunidad nativa en Ucayali que han dejado de talar su bosque y ahora lo protegen como su mayor tesoro? La respuesta es que estas y otras vivencias están reunidas en “El Libro de los elementos”, una antología de ancestrales experiencias conservacionistas en el Perú.
Uno de los relatos cuenta la labor de unas mujeres que trabajan en un entorno que era muy masculino, eran ingenieras, que, en su quehacer, hacían uso de conocimientos técnicos y ancestrales, y habían criado, hasta ese momento, más de 70 lagunas; eran mujeres que unían dos mundos muy diferentes y lograban hacerlo de una manera muy natural.
CONCURSO BUENAS PRÁCTICAS, MINAM “Siembra y cosecha de agua de lluvia frente a la reducción de humedad del suelo y de la recarga hídrica de acuíferos en cabecera de cuencas” Lidia, Magdalena y Marcela Machaca fundadoras de la ONG ABA sentadas al borde de la laguna Apacheta la primera que criaron hace más de 20 años. Asociación Bartolomé Aripaylla (ABA) Comunidad campesina de Quispillaccta, Unión Potrero, Ayacucho, Perú
Hay 44 historias enfocadas en acciones climáticas impulsadas en el Perú y también forman parte del Proyecto Apacheta, una iniciativa de Fábrica de Ideas, apoyada por la Cooperación Suiza COSUDE, cuyo principal objetivo es acercar la temática ambiental a la ciudadanía de una manera diferente, más cercana y humana. Para lograrlo, el proyecto ha publicado
Dicha publicación fue presentada el último 15 de julio en un evento que contó con la participación del ministro del Ambiente, Gabriel Quijandría; del jefe de cooperación de la COSUDE en Perú y responsable de la región andina, Martin Jaggi. También estuvieron: Xabier Díaz de Cerio, periodista y gerente general de Fábrica de Ideas; Carolina Martín, periodista y codirectora de la asociación cultural La Combi-Arte rodante.
En ese marco, el ministro Quijandría dijo que esta publicación muestra lo complejidad y variedad de nuestro país. “Esa diferencia, esa posibilidad de expresarse naturalmente, culturalmente, geográficamente, ecológicamente de manera distinta, es su mayor riqueza. Si podemos llevar esa comunicación a la gente, a la sociedad, estamos ganado muchísimo”, acotó. En esa línea, sostuvo que la comunicación de temas complejos tiene que conectar el lado afectivo y racional de las personas.
Según el representante de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación COSUDE, Martin Jaggi; para ese país europeo es fundamental trabajar en mejorar la gestión ante las amenazas que representa el cambio climático en el mundo. “El tema medioambiental es central en la COSUDE y ello ha hecho posible estar estrechamente ligados a las instituciones que han hecho posible las historias que forman parte del “Libro de los elementos” y el proyecto Apacheta”, indicó.
En otro momento destacó el trabajo conjunto para concretar esta iniciativa, entre el Minam, la ANA, el PNUD, Fábrica de Ideas (que ideó el proyecto) y su representada, aportando ejemplos de proyectos ambientales plasmados en los 4 tomos de la citada publicación: agua, tierra, fuego y aire, elementos que son importantes para nuestra vida.
Libro de los elementos
La antología –y la página web– está dividida en cinco volúmenes. Cuatro de ellos están dedicados al agua, a la tierra, al fuego y al aire y entre todos ellos proponen 44 historias organizadas según esos cuatro componentes que, según los antiguos, constituían la esencia del mundo. El quinto volumen tiene un carácter más reflexivo y está escrito desde el punto de vista de la comunicación.
En este libro se pueden encontrar textos, fotografías e infografías que logran establecer una conexión
entre la ciencia y la divulgación combinando 10 herramientas de periodismo que facilitan el acercamiento y promueven el diálogo, el análisis y la reflexión; y, además, proponen soluciones a la crisis climática basadas en conocimientos tradicionales.
Proyecto Apacheta
El proyecto toma este nombre en referencia a aquellos montículos de piedras de diferentes tamaños, colocadas unas sobre otras, a manera de ofrenda simbólica en los Andes, y que se asemejan a este propósito de comunicación ambiental. Cada historia seleccionada es como una pequeña piedra cargada de sentido en sí misma, pero que adquiere su verdadera dimensión cuando se junta con otras y forma algo nuevo, mucho más poderoso.
“Conocer, conectar, crear, creer y celebrar”, fueron los ejes que guiaron cada una de las historias plasmadas en la publicación, dijo Xabier Díaz de Cerio. Añadió que este es un proyecto comunicación que busca establecer puentes entre la ciencia y la divulgación, que generalmente son dos campos disociados. Enfatizó en la importancia de comunicar a través de historias y lenguaje amigable, conceptos y temas científicos que pueden ser fácilmente asimilados por las personas.
Por su parte, Carolina Martin, compartió su experiencia en Quispillacta, cuando conoció a las hermanas Machaca, respecto a la siembra y cosecha de agua. “Para ellas el agua es una madre que te cuida y a la que hay que cuidar”, indicó.
Aquí, una primera vista del libro.
Para conocer estas historias y aprender de los saberes de quienes son protagonistas de la acción climática en el Perú, puedes ingresar a la página: www.apacheta.pe.
